Revolución en el pensamiento: Del anonimato a la autoría de las mujeres escritoras.
“Las mujeres han vivido todos estos siglos como esposas, con el poder mágico y delicioso de reflejar la figura del hombre, el doble de su tamaño natural.”- cita de la escritora feminista Virginia Woolf (1882- 1941).
Por años la mujer se ha encontrado en una lucha constante con la sociedad, aquella sociedad que dicta que los amantes de la palabra son aquellos que las dominan, siendo el rol masculino el único que pareciera tener dicho poder, por lo que el rol femenino se ha visto absorbido por la masculina, jugando el único papel de una sombra.
La mayoría de las obras, con “anónimo”, era la obra de una mujer luchando por el deseo de escribir y el sueño de ser escuchada (Woolf, 1925), pese a que sus escritos no se difundieron con la misma intensidad ni reconocimiento, las escritoras comenzaron a correr la tinta bajo un pseudónimo masculino, esa era la manera que habían encontrado para no ser ahogadas en su propia pasión.
La historia de mujeres que lucharon día a día contra el pensamiento patriarcal es infinito, se podría escribir miles y miles de relatos acerca de cada una de las femeninas que hicieron revolución desde las letras, mexicanas, argentinas, chilenas, inglesas, todas levantaron voz desde su propia trinchera.
Tal es el ejemplo de una mexicana que hizo revolución con su pensamiento, fomentando la educación a las mujeres, Laurena Wright; escritora y una de las pioneras en el periodismo mexicano (1846- 1896), cuenta con diversas publicaciones que muestra desde una perspectiva femenina, problemáticas y avances en torno a la educación de las mexicanas hacia finales del siglo XIX (UNAM) (IBERO), al mismo tiempo permite identificar las ideas y obstáculos que continúan frenando el desarrollo de este sector de la sociedad.
Fue una mujer que luchó e impulsó de manera significativa la independencia financiera por medio del campo profesional,logrando así la “emancipación”, palabra utilizada frecuentemente por la autora en sus diversos discursos donde cuestionaba el rol femenino,tal ejemplo fue la publicación “Consejos a las señoritas” (1847), escrito por Ignacio Cumplido, quien Laurena se encargó de debatir, haciendo énfasis en que las capacidades de la mujer iban más allá de sólo estar presente en su hogar.
En la década de 1880 Wrigth colaboró en el semanario “El álbum de la mujer” , dirigido por la española Concepción Gimeno de Flaqu er, quién en su país de origen había editado el periodico “La ilustración de la mujer”, así como diversas novelas, sin duda el estar compartiendo ideales con una profesional como lo fue Concepción, Laurena supo aprovechar el conocimiento adquirido para ir conformando el equipo de sus futuras colaboradoras como; Mateana Murguía, fundadora del periodico “Violetas”, y después partícipe de “Violetas del Anáhuac” , dirigido por Laurena, o bien María del Refugio Argumedo, redactora de “El álbum”, posteriormente miembro del cuerpo de redacción del semanario a cargo de Wrigth.
Laurena también tuvo una aportación a la sección de periodico llamado “ El correo de las señoras” (1885), a pesar de haber sido dirigido por un hombre José Adrián M. Rico, este semanario es considerado la única publicación femenina que circuló por espacio de diez años durante el siglo XIX.
La mayoría de los escritos publicados tenían el objetivo principal de orientar a sus lectoras para fomentar y desarrollar con acierto las actividades hogareñas, sin embargo; el semanario publicó un artículo firmado por Laurena Wrigth, en el cual se puede apreciar un sentimiento de esperanza y lucha por mejorar el pensamiento hacia el rol femenino:
Lo mismo que se le priva del libro, del telescopio y del botiquín, se le priva de la cámara fotográfica, del buril y de la vara de medir, quedándose como representación humana la maternidad, como representación social la subyugación ante el hombre, como elementos de distracción y de trabajo el tocador, la aguja, la cocina. Delante de tal desequilibrio y de tanta usurpación, la mujer perfecta, hasta donde puede serlo nuestra raza, será la que tomándose los derechos y los recursos que indebidamente se le niegan, se levante de la inutilidad en la que vegeta, la que sea digna de las altas misiones a que puede hallarse obligada, la que sea capaz de dirigir por sí sola al puerto de salvación la frágil embarcación de su porvenir, la que lo mismo sepa ser esposa que socia; mecer la cuna del tierno infante y educar el párvulo, que formar al adulto conforme a la razón y a la ciencia; la que lo mismo sepa invertir el capital del marido según la profesión u oficio que posea, y la que, en fin, extendiendo la alegría, la moral y la virtud del hogar a la sociedad entera, lo mismo sepa dar lucimiento a una sonré con distinción y gracia, que asistir a una asociación filantrópica, mutualista, progresista o cívica. ¿Qué necesita la mujer para llegar a esta perfección? Fuerza de voluntad, valor moral, amor a la instrucción y sobre todo, amor a sí misma y a su sexo para trabajar por él, para rescatarla de los últimos restos de la esclavitud que por inercia conserva.
En Diciembre de 1887, estaría saliendo a la luz pública una nueva revista para mujeres que originó reacciones encontradas entre la sociedad mexicana de fin de siglo, Las hijas del Anáhuac, era una revista dirigida por Laureana en acompañamiento de un grupo de mujeres instruidas; entre ellas María de Alba, deseosas de hacerse oír públicamente y de influir en la forma de pensar y actuar de sus contemporáneas; en esta lucha, se enfrentaban a un obstáculo más, por la misma fecha estaría saliendo publicamente ¡una pequeña hoja suelta!, se trata de una revista con idéntico título y del mismo género, Laurena quiso evitar equivocaciones y disputas inadecuadas, por lo que decide cambiar el nombre de su revista por el de “ Violetas del Anáhuac”. (Archivo general de la Nación, México, Ramo instrucción Pública y Bellas Artes. Vol. 235, exp.14.)
La publicación de dicha revista, logró reproducir los textos y biografías de mujeres como Sor Juana Inés de la Cruz o la primera doctora mexicana Matilde P. Montoya, con el fin de que sus lectoras se cuestionan si realmente debían y querían cumplir el rol de “la mujer modesta”, término utilizado por Ignacio cumplido en su publicación de 1847.
Poesía, semblanzas de mujeres ilustres y hasta noticias del mundo sobre el avance del movimiento feminista, ese era realmente el contenido de dicho periodico literario que tenia como objetivo lograr un siglo de progreso.
Gracias a ciertas investigaciones como la exhaustiva revisión de diversas bibliotecas de la ciudad de México, se lograron encontrar ejemplares de los trabajos sobre educación femenina de Wright, destacando las siguientes bibliotecas: Gregorio Torres Quintero (Universidad Pedagógica Nacional) (Archivo General de la Nación) (Escuela de Antropología e Historia.)
En la época de Laurena, desafortunadamente no se logró tener el impacto en la educación femenina que ella esperaba; sin embargo, sí logró dejar huella e inquietud en cada una de las mujeres, siendo así, que años después se vería reflejado en la educación femenina.
1.“La educación de la mujer”, en El correo de las señoras, 26 de Julio de 1885, núm. 12, p.176
Fuentes
- Lourdes Alvarado (2016).Educación y superación femenina en el siglo XIX: dos ensayos de Laurena Wrigth. Universidad Nacional Autónoma de México.
- ROCHA, Martha Eva, El Álbum de la Mujer, INAH, México, vol. IV, 1991. Ruiz Castañeda, María del Carmen, “La mujer en el periodismo”, en Revista de Filosofía y Letras, UNAM, FFL, núm. 60, México, 1956.Murguía, Mateana, “Algo sobre toros”, en Las Violetas del Anáhuac, núm.1, 4 de diciembre de 1887, p. 8. Violetas del Anáhuac. Periódico literario, 20 de enero de 1889.
- AMADO, Ana María, Bertha Hiriart y Norma Valle, El ABC de un periodismo no sexista, Fempress, Santiago de Chile, 1996.