México y la lectura: Perspectivas.

 El proceso de lectura ha demostrado beneficios a nivel de desarrollo cognitivo (Sun, 2022),  adquisición de vocabulario (Aguilar,2022),  fortalecimiento de aptitudes cognitivos-sociales en grupos con capacidades diferentes (Poblete,2022), así como brindar herramientas para una mejor comunicación temprana entre padres e hijos (Salley, 2022).

La lista de beneficios es extensa y sigue fortaleciéndose con las investigaciones recientes así como las recomendaciones de incluirlo de manera regular en la vida cotidiana (Erbeli 2022). Sin embargo México parece encontrarse en un punto de inflexión donde el número de lectores no parece aumentar, así también como una reducción de la comprensión y aplicación formativa del material leído (Caracas, 2019). Con ello, es imperante revisar el camino que la nación ha transitado en materia de fomento lector.

Las iniciativas culturales y formativas para México de manera emergente aparecen después de 1917 con la necesidad de generar una población letrada y disponible para trabajos que demandaban leer y escribir. José Vasconcelos sería el principal promotor del proceso de alfabetización durante los años posteriores cómo ministro de educación (López, 2003).

Es importante remarcar que los inicios de alfabetización masiva en México si consideraron a la totalidad de sus grupos autóctonos. Ya que  en 1924 se encontraban publicados por parte de la SEP: Lecturas clásicas para niños, Lecturas para Mujeres, así como traducción del español a las lenguas indígenas de poemarios y narrativa.

Durante los años 1980 a 2010 se mantendría el fomento de la lectura a nivel nacional enfocada principalmente a los rangos de edad estudiantiles con la creación de la Primera Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil, la declaración del Año de la lectura en 1999 y la fundación del consejo nacional del fomento de la lectura.

Posteriormente en 2008 se da la aprobación de la ley de fomento de la lectura y el libro la cual tuvo como objetivo  el establecimiento de mecanismos de coordinación institucional entre los diferentes niveles de gobierno, así como de vinculación con los sectores social y privado para impulsar las actividades relacionadas con el fomento a la lectura. Igualmente, estableció las condiciones necesarias para hacer accesible el libro en igualdad de condiciones en todo el territorio nacional a través de un precio único garantizando con ello disponibilidad  y accesibilidad a todos los sectores sociales.

Aún con todos los precedentes de impulso mencionados. Los resultados en venta y difusión lectora no fueron los esperados, pues en los años cincuenta el tiraje promedio de los autores mexicanos conocidos era de 3,000 ejemplares para 30 millones de mexicanos. En 1996 eran 2,000 para 90 millones. De 100 empresas registradas en 1987, para 1998 sólo quedaban 10; es decir, 90% menos. Otro dato, en 1997 se editaron 421 millones de ejemplares, 57%de esa producción correspondía al libro de texto, 6% a literatura. Las librerías sólo representaban 9% de los puntos de venta de libros frente a 30 mil tiendas de autoservicio y cafeterÌas que alcanzan 44% (Cámara de Diputados, 1997).

En relación a la comprensión lectora los resultados arrojados para 2007-2012 fueron: un promedio de 2.9 libros al año y uno de cada cuatro no tenía libros en su casa ni había visitado una librería. Apenas un poco más del 15% de la población señaló que leía por que le gustaba mucho, 30% declar haber leído tres o más libros en el año, el 30.9% entre uno y dos libros en el año y el 33.5% respondió no haber leÌdo ninguno (Programa Nacional de Cultura 2007-2012: 133). 

Referido a  comprensión y retención el 51% de la población admitió no recordar el ú̇ltimo libro que leyó. En cuanto a las preferencias, la lectura más frecuente resultó ser la de libros escolares, representando el 30.8%. La lectura de libros de literatura se concentró en la población con estudios universitarios y de un nivel socioeconómico mayor al resto de la población. En este sentido, sólo el 1% de los lectores frecuentes no tiene educación formal, mientras que sólo 4.8% de la población que tiene educación universitaria lee de manera ocasional (Programa Nacional de Cultura 2007-2012: 133).

Los resultados en censo actuales, repiten las tendencias mostradas (Caracas 2019). Con el número de libros leídos, compresión  y adquisición de material lector a la baja. Situaciones sanitarias recientes como el COVID generaron de principio un pico en la adquisición de material lector ( Economista, 2022), pero que se redujeron  rápidamente.

Con la interrogante abierta sobre cómo desarrollar hábitos de lectura formativos y continuos para una nación, se advierte entonces que no es una situación puntualizada hacia un solo sector, sino que tiene un origen multifactorial del entorno social, educativo, político y económico.

Fuentes:

Orozco López, M. T., & Pérez Amezcua, L. A. (2021). El triángulo “L” en México: lectura, literatura y literacidad. Sinéctica, (56).

Salley, B., Daniels, D., Walker, C., & Fleming, K. (2022). Shared book reading intervention for parents of infants and toddlers. Journal of Early Childhood Research, 1476718X221091462.

Erbeli, F., & Rice, M. (2022). Examining the effects of silent independent reading on reading outcomes: A narrative synthesis review from 2000 to 2020. Reading & Writing Quarterly, 38(3), 253-271.

Sun, X. (2022). Scaffolded extensive reading: a case study of an extensive reading programme in China. Education 3-13, 1-12.

Poblete, F. R., de Blume, A. G., & Soto, C. (2022). Effects of Reading Motivation and Meta-comprehension on the Reading Comprehension of Students with Intellectual Disabilities. Electronic Journal of Research in Education Psychology, 20(58), 469-494.

Medina-Caballero, A. M. (2022). El uso de los cuentos para transmitir una Educación Emocional en Infantil.

Aguilar Tolentino, E. M. (2022). Lecturas recreativas para mejorar la comprensión lectora en estudiantes del nivel primaria.

Caracas Sánchez, B. P., & Ornelas Hernández, M. (2019). La evaluación de la comprensión lectora en México. El caso de las pruebas EXCALE, PLANEA y PISA. Perfiles educativos, 41(164), 8-27.

López, J. O. (2003). José Vasconcelos y la educación mexicana. Revista Historia de la Educación Latinoamericana, (7).

CONACULTA (s/f) Programa Nacional de Cultura 2007 – 2012. México.

Cámara de Diputados (2000), Diario de los Debates, LVII Legislatura, 22 de marzo.

Rodríguez Barba, F. (2008). La Ley para el Fomento de la Lectura y el Libro en México: la política del precio único del libro.

La pandemia Covid-19 impulsó la lectura de libros en México. (23 de abril 2022). El economista. Recuperado de: https://www.eleconomista.com.mx/arteseideas/La-pandemia-Covid-19-impulso-la-lectura-de-libros-en-Mexico-20220423-0009.html

Abrir chat
Contáctanos
Leeactiva
Hola, ¿Estás listo para ser un mejor lector? Te digo cómo.